• “Adoptar es un acto de amor y educación social: la vida no se compra, se respeta y se cuida”, afirma la gobernadora.
La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda hizo un llamado a las y los bajacalifornianos a abrir su corazón y su hogar a los animales rescatados que se encuentran en el Santuario Animal Mily, en Mexicali, un espacio donde perros y gatos víctimas de abandono o maltrato reciben atención médica, alimentación y cariño mientras esperan ser adoptados.
“Adoptar es convertirse en agente de cambio social, pero sobre todo, es educar con el ejemplo para que niñas, niños y jóvenes aprendan que la vida no se compra: se respeta, se cuida y se valora”, expresó la mandataria estatal.
El santuario, administrado por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (SMADS), ha atendido desde su apertura en febrero de 2024 a 471 perros y gatos, de los cuales 229 ya fueron adoptados y hoy disfrutan de una nueva oportunidad junto a familias comprometidas con su bienestar.
Marina del Pilar destacó que el santuario no solo rescata y rehabilita animales, sino que también contribuye a la salud pública, pues realiza jornadas de vacunación, desparasitación y esterilización que ayudan a reducir la sobrepoblación y el abandono en las comunidades del estado.
En su tercera etapa de crecimiento, el Santuario Mily amplió su capacidad de albergue a 200 perros, incorporó dormitorios climatizados, áreas de descanso y un incinerador con espacio digno, ofreciendo servicios accesibles para las familias que requieren cremar a sus animales de compañía.
La gobernadora subrayó que los animales de compañía aportan amor y bienestar emocional, ayudando a reducir el estrés y fortaleciendo los lazos familiares.
Finalmente, invitó a las y los interesados a sumarse a la adopción responsable o al voluntariado, y recordó que los requisitos pueden consultarse en las redes sociales del Santuario Animal Mily o comunicándose al 686 591 68 97.
“En Baja California construimos una cultura de respeto hacia todas las formas de vida. Cada adopción cambia dos vidas: la del animal rescatado y la de quien abre su hogar”, concluyó Marina del Pilar.